Su nombre no salta de inmediato a la mente de muchos cinéfilos, pero sus películas son imposibles de olvidar. En su cine, ha logrado una peculiar mezcla de arte barroco, surrealismo, humor de caricatura y fantasías moralizantes que crean un estilo muy personal.
Comenzó su carrera en los años sesenta como caricaturista en una revista cómica llamada HELP!. Después de un tiempo se mudó a Inglaterra, donde realizó cartones animados para DO NOT ADJUST YOUR SET, programa de comedia de donde emergería MONTY PYTHON, uno de los grupos cómicos más populares de todos los tiempos. Gilliam se integró al grupo como animador y actor ocasional.
El grupo tuvo una exitosa serie de T.V. y llegó a filmar tres películas: MONTY PYTHON Y EL SANTO GRIAL, LA VIDA DE BRIAN y EL SENTIDO DE LA VIDA. Durante el salto de la televisión al cine, Gilliam decidió independizarse parcialmente de Monty Python para debutar como director. Su primera película fue JABBERWOCKY, de 1977. Una comedia medieval que se nota muy influenciada por el estilo Pythonesco. A tal grado que en algunos países de Europa se llegó a promocionar como una película de Monty Python, lo cual no fue muy del agrado de su director.
A este primer esfuerzo le siguió BANDIDOS DEL TIEMPO (1981). Esta película narra las aventuras de un niño secuestrado por un grupo de enanos que viajan por el tiempo robando tesoros de distintas épocas de la historia. Aquí ya se muestra definitivamente el estilo propio de Gilliam. Es una fantasía contemporánea que mezcla la leyenda Antigua con el imaginario contemporaneo. Dios y el Diablo conviven con Caballeros medievales, Vaqueros, soldados gringos, reyes griegos, pasajeros del Titanic, monstruos peludos y gigantes gruñones. Es un amasijo de criaturas fantásticas que se enfrentan en alegre y ridícula batalla entre el bien y el mal.
En las peliculas de Gilliam, el tema constante es el deseo de escapar de las tristezas de la vida cotidiana a través de la fantasía. Kevin, el pequeño protagonista, escapa del aburrimiento y el maltrato de sus bobos padres al convertirse en viajero en el tiempo. Esta situación se repite en BRAZIL (1985). Una fantasía ambientada en un mundo retro-futurista donde las ciudades se han comido toda la belleza natural y un gobierno tiránico domina a sus ciudadanos a través de entretenimientos banales y una burocracia absorbente. Sam Lowry, un tímido empleado de oficina, sueña con ser un héroe alado y rescatar de este feo mundo a la mujer de sus sueños. Cuando le llega el momento de conocerla en la vida real, tendrá que desafiar al sistema entero para escapar con ella.
De nuevo la imaginación es la que marca el camino hacia la libertad, esta vez empujada por el ideal del amor perfecto. Tal esquema alcanza su nivel más alto en LAS AVENTURAS DEL BARON MUNCHAUSEN (1988). Esta película esta inspirada en los relatos de Karl Munchhausen, un aristócrata alemán del siglo XIX, que se hizo famoso por su afición a inventar historias sobre sí mismo. La producción de EL BARÓN MUNCHAUSEN estuvo plagada de accidentes, el presupuesto se elevó al triple de su límite y varias escenas tuvieron que ser cortadas o eliminadas. Al ver la película, se siente ese aire de obra inconclusa que no alcanza a cuajar del todo. Sin embargo, y a pesar de haber fracasado en taquilla, sigue siendo una aventura entretenida y con el tiempo se ha convertido en una de las películas más populares y recordadas de Gilliam.
Tras la mala experiencia de esta filmación, Gilliam apostó por un enfoque más terrenal de su arquetipo de "fantasía vs. realidad". EL PESCADOR DE ILUSIONES (1991) no sucede en un mundo lejano sino en la ciudad de Nueva York, donde Parry, un profesor de historia (magníficamente interpretado por Robin Williams), enloquece tras el asesinato de su esposa y vaga por las calles soñando con ser un caballero desfacedor de entuertos y rescatador de doncellas. Al encontrarse con Jack, un arrogante locutor de radio que se queda sin empleo, ambos inician una entrañable amistad y deciden volver a encontrarle sabor a la vida sin importar lo que tengan que enfrentar en el camino.
En BANDIDOS, BRAZIL y MUNCHAUSEN, los soñadores huyen del lado gris del mundo y se gozan en los mundos fantásticos donde son héroes y soberanos. En EL PESCADOR y su siguiente éxito de taquilla, DOCE MONOS (1996), los soñadores no tienen a donde escapar. están atrapados en un mundo cruel y tendrán que poner los pies sobre la tierra si quieren salvarse, pero sin renunciar a sus ideales de libertad. En DOCE MONOS, película inspirada en el corto LA JETÉE, Bruce Willis da una de sus mejores actuaciones como el agente secreto que viaja al pasado para encontrar la cura a una epidemia mortal, aunque a los ojos de todos se trate sólo de un loco peligroso. Una vez más, el héroe es el soñador incomprendido, y la damisela en peligro, la doctora Kathryn Railly, es la única que le cree su extraña historia y termina enamorándose de él.
PANICO Y LOCURA EN LAS VEGAS (1998) marca el fin de esta segunda etapa en el cine de Gilliam. adaptada de la novela homónima de Hunter S. Thompson, es un oscuro relato donde no hay más romanticismo y la fantasía se ha convertido en pesadilla. JOHNNY DEEP y BENICIO DEL TORO, como el reportero Duke y el abogado Gonzo, respectivamente, se entregan a un exceso de drogas y alcohol para olvidar el desencanto que significó el fin de la época hippie y el ascenso triunfante del imperialismo norteamericano, con todo y su desechable sistema de vida. Los mundos fantásticos dan paso a visiones apocalípticas y a una moraleja deprimente que, no es de sorprender, no resultó muy atractiva para las audiencias masivas que, al guiarse por la publicidad de la cinta, creyeron que iban a ver una comedia de compadres parranderos.
Después de PANICO... la carrera de Gilliam es menos prolífica. Su siguiente proyecto, una adaptación libre de DON QUIJOTE DE LA MANCHA, se viene abajo por una serie de calamidades que serían de no creerse si no estuvieran plasmadas en el excelente documental LOST IN LA MANCHA (2002), dirigido por Keith Fulton y Louis Pepe. En 2002, Gilliam dirige una serie de comerciales para Nike con motivo del Mundial de futbol de ese año, donde los mejores jugadores del mundo celebran un torneo secreto a bordo de un barco en altamar. En 2005, dirige LOS HERMANOS GRIMM, su película menos lograda y más convencional hasta la fecha. Ese mismo año se estrenó TIDELAND. La aventura de una inocente niña, hija de un par de drogadictos, que queda huérfana y abandonada en una casa en medio de la nada. Conmovedora y espeluznante a la vez, resulta demasiado repelente para muchas personas. Hay que verla con una mente muy abierta y un estomago resistente para agarrarle el gusto.
FInalmente, en 2009, Se estrena la que puede ser considerada la coronación de su larga carrera: EL MUNDO IMAGINARIO DEL DOCTOR PARNASSUS. Todos los elementos de su cine están presentes: la fantasía redentora, la realidad deprimente, el héroe imperfecto que al intentar hacer el bien, se equivoca, el mal como figura fantasmagórica y retadora, la damisela en peligro, que esta vez debe dejar de confiar en ingenuos soñadores y salvarse a sí misma... La repentina muerte de Heath Ledger y los esfuerzos por terminar la filmación después del trágico suceso, acentuaron todavía más el aire melancólico que está presente a lo largo de la película. Terry Gilliam, ahora un hombre maduro ante la recta final de su vida, voltea a ver todo lo que ha proclamado y nos deja una moraleja renovada: Por inútil que parezca en este mundo moderno, nunca hay que dejar de creer ni de soñar. Sin los sueños, te vuelves un ladrillo más en la pared, una cifra, un fantasma. Después de todo, como escribió Quevedo, Todo en la vida es sueño. Luego entonces, sin sueños, es imposible vivir.
por Abel
http://www.qbilart.com/echalecacaro.html
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