martes, 3 de mayo de 2011

Dejame Entrar


En lo personal las películas de vampiros se me hacen una reverenda burla al género del terror, generalmente su sentido narrativo está más dirigido a darle a esos filmes una connotación más acorde con el pseudo-romanticismo contemporáneo, pero en realidad es una manera de disfrazar una historia de amor con unos cuantos encuadres y diseño de arte propios del genero de horror, pero en realidad solo es una manera mas de vender, vender y vender.

A pesar de que a lo largo de toda nuestra historia los vampiros aparecen en diversas culturas en todo el mundo, no es sino hasta 1897 que los vampiros tomaron su modelo actual con la novela de Bram Stoker Drácula, tal vez el vampiro más famoso de todos los tiempos, y a partir de ahí se han desprendido un sin número de novelas, películas, comics, novelas gráficas, cortometrajes, caricaturas, documentales, notas periodísticas, playeras, modas, maquillajes, disfraces, pornografía, emoticones y así un gran sin número de suvenires y mercadotecnia diseñada solo para vender y explotar.

Pero partiendo del principio histórico de que los vampiros en la cultura medieval del este de Europa, los vampiros eran un símbolo de maldad, del lado oscuro, el diablo en persona poseyendo el cuerpo de un cadáver y levantándolo para matar y atormentar familias en los pequeños y grandes poblados medievales. En el folklor clásico los vampiros tenían ciertas limitaciones, un vampiro primero visitaba a su familia, a veces era a estos a los que atormentaba, y en ocasiones los obligaba a cometer homicidios para satisfacer su sed de sangre; También podían convertirse en seres oscuros, como lobos, ( de ahí las leyendas de los hombres lobos y los vampiros); Pero una característica muy curiosa es que un vampiro no puede entrar a tu casa si tu no lo invitas a pasar y he aquí donde para la premisa de la película de Tomas Alfredson, Déjame Entrar.

La película se sitúa en una comunidad sueca, en un conjunto habitacional parecido a los que abundan en México, la cotidianidad del ambiente, nos identifica directamente con la atmosfera de una sociedad medio-burguesa, esto logra que el filme a pesar que presenta escenarios completamente nevados y ajenos a nuestros calurosos inviernos nos envuelva por completo con solo apreciar la fotografía. Y sin embargo no solo se queda ahí, la trama no es la clásica historia de vampiros a la que estamos acostumbrados, es una propuesta que va más allá a lo que Hollywood con toda su basura nos ha acostumbrado.

Igual que casi todas las historias de vampiros actuales, Déjame Entrar es también una historia de amor, es totalmente original, no se centra en el perdido amor de una adolescente confundida que es atraída por el afeminado cuerpo de un vigoroso vampiro que brilla como diamantina a la luz del sol. Déjame Entrar es una película tradicional, que está realizada sin pretensiones la sencillez de la trama, es tan común que estoy seguro que en su inocente narrativa el mensaje es una idea por la cual todos pasamos cuando niños.

Al ser una película extranjera, en este caso Sueca, podríamos pensar que es cine de arte, conceptual europeo, que tiende a tener un mensaje abierto y crudo, realista y muy objetivo centrado en el pensar del director que produjo el filme; pero no es así, tenemos que aprender a ver cine de todas parte del mundo, y no nada más tragarnos los huesos que los norte americanos nos avientan, Déjame Entrar es un filme comercial, con un concepto narrativo muy típico del cine en el viejo continente, con tomas serias y refinadas, que van presentando y descubriendo personajes y atmosferas paso a paso, tomándose su tiempo para contar una parte de su tradición y su cultura.

Cuando pensamos en vampiros la primera idea que probablemente nos salte a la mente, es crepúsculo y toda su mercadotecnia, pero lo más importante de nuestra entrega de terror de aniversario, es que tanto como Tomas Alfredson (director) y John Ajvide Lindqvist (escritor del guión y de la novela original de donde se basa el filme) plasman en la pantalla lo que es sin duda un pedacito de la rica cultura clásica europea; contándonos un verdadero y clásico cuento de vampiros del más puro estilo medioevo aterrizado en nuestra realidad contemporánea.

por CésaR

http://www.qbilart.com/echalecacaro.html

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