Un día, la vida de Toño cambió para siempre. Lo inculparon de un asesinato y lo llevaron preso sin tener nada que ver con el crimen. Roberto Hernandez y Layda Negrete, dos abogados dispuestos a probar su inocencia, se lanzan a reabrir su caso para liberarlo, con la peculiaridad de que documentan frente a una cámara todo el proceso.
Contado así, suena como un típico drama de juicios de los que vemos en las series y películas norteamericanas. Pero esta vez se trata de un drama de la vida real, y que sucedió en nuestro país. Es un caso de tantos que debe haber en las prisiones mexicanas y que ahora sale a la luz gracias a este documental.
PRESUNTO CULPABLE es una película sorprendente por varias razones. Primero, por lo inusual que resulta ver un proceso jurídico real ante las cámaras. Conforme se desarrolla el trabajo, se va desenmascarando una red de corrupción, desidia, verdades a medias y negligencia burocrática que aqueja a nuestro sistema judicial.
Toño, el acusado, es un muchacho de la clase obrera que espera pacientemente a que se le haga justicia y encuentra en el hip hop una fuente para exponer su pesar. El documental hace un buen balance al mostrar aspectos de su vida personal, con su familia y sus pensamientos íntimos. Es apasionante, por otra parte, ver a estos abogados haciendo su trabajo e investigando como verdaderos detectives cada detalle del caso.
Para no ser cineastas, los abogados han sabido darle un gran peso dramático a la historia. Es tan buena la forma en que se desarrolla la historia que hasta parece de ficción… incluso los funcionarios hacen un excelente papel por aparecer como los malos de la película (involuntariamente, quiero creer) al tratar el caso de Toño como un trámite cualquiera nada más para salir del paso. Uno se mantiene en la orilla del asiento, como si de un episodio de LA LEY Y EL ORDEN se tratara. El caso de Toño sirve para denunciar el nivel de descomposición de la justicia en México. Se deja en claro que este es solo uno de muchísimos casos, y que probablemente Toño está recibiendo justicia en buena medida por el hecho de que funcionarios y policías están siendo expuestos ante una cámara.
Pero así están las cosas en nuestro país. Lo que está oculto debe salir a la luz. Esta película es un excelente ejemplo de cine de denuncia que a la vez entretiene y crea conciencia. Sin duda que hacen falta más películas así en este momento.
por Abel
Contado así, suena como un típico drama de juicios de los que vemos en las series y películas norteamericanas. Pero esta vez se trata de un drama de la vida real, y que sucedió en nuestro país. Es un caso de tantos que debe haber en las prisiones mexicanas y que ahora sale a la luz gracias a este documental.
PRESUNTO CULPABLE es una película sorprendente por varias razones. Primero, por lo inusual que resulta ver un proceso jurídico real ante las cámaras. Conforme se desarrolla el trabajo, se va desenmascarando una red de corrupción, desidia, verdades a medias y negligencia burocrática que aqueja a nuestro sistema judicial.
Toño, el acusado, es un muchacho de la clase obrera que espera pacientemente a que se le haga justicia y encuentra en el hip hop una fuente para exponer su pesar. El documental hace un buen balance al mostrar aspectos de su vida personal, con su familia y sus pensamientos íntimos. Es apasionante, por otra parte, ver a estos abogados haciendo su trabajo e investigando como verdaderos detectives cada detalle del caso.
Para no ser cineastas, los abogados han sabido darle un gran peso dramático a la historia. Es tan buena la forma en que se desarrolla la historia que hasta parece de ficción… incluso los funcionarios hacen un excelente papel por aparecer como los malos de la película (involuntariamente, quiero creer) al tratar el caso de Toño como un trámite cualquiera nada más para salir del paso. Uno se mantiene en la orilla del asiento, como si de un episodio de LA LEY Y EL ORDEN se tratara. El caso de Toño sirve para denunciar el nivel de descomposición de la justicia en México. Se deja en claro que este es solo uno de muchísimos casos, y que probablemente Toño está recibiendo justicia en buena medida por el hecho de que funcionarios y policías están siendo expuestos ante una cámara.
Pero así están las cosas en nuestro país. Lo que está oculto debe salir a la luz. Esta película es un excelente ejemplo de cine de denuncia que a la vez entretiene y crea conciencia. Sin duda que hacen falta más películas así en este momento.
por Abel
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