martes, 1 de noviembre de 2011

Kiki


Llueve, truene o relampagueé… que escriba quien quiera ser leído.
 
Normalmente lo que se cuenta de las brujas es que estos personajes saben magia, tienen escobas como medio de transporte, gatos negros como cómplices, y sombreros puntiagudos que entre más viejos se vean, mejor; pero nunca nos han dicho que también pueden ser adorables niñas con moños rojos en el cabello, y mucho menos que como cualquier otra persona deben esforzarse y luchar por cumplir sus sueños, triunfando ante adversidades del mismo peso que nosotros los mortales carentes de poderes mágicos y es que cuántas veces no hemos deseado tener una varita mágica que nos regale helado cuando tenemos el antojito, ó una salida en la pared, cuando necesitamos correr lejos.

Pero ser bruja y tener poderes va más allá y ese mundo, como nos lo presenta Kiki, que junto a Jiji (su gato negro) atraviesa por caminos desconocidos para llegar a algún destino, donde pueda desarrollarse y crecer sola, independizarse y vivir, parecido a irse “de mochilazo”, hacer un viaje a un lugar no conocido con la incertidumbre de ¿cómo será? ó ¿dónde llegaré?... suena tan conocido y actual, es sencillo identificarse.

Pienso que todos vamos a un lugar a un “no sé dónde” a vivir, a desarrollarnos justo como Kiki, con la misma magia que la guía e impulsa a ella, aunque la buscamos en varitas ó artefactos irreales, se nos olvida que la llevamos en el corazón, la magia que nos lleva volando atravesando el cielo son los sueños y deseos que queremos cumplir, y a pesar de todas las adversidades que podamos encontrar, debemos persistir. De todos modos siempre habrá una panadería abierta que nos tienda la mano, siempre encontraremos amigos con los mismos deseos de volar junto a nosotros, acompañándonos en el camino, aunque usen otros métodos para cruzar las nubes, siempre debemos elevar la mirada al cielo y buscar nuestro camino montados en una escoba con un gato en el hombro que nos recuerde quiénes somos y sin importar que llueve, truene o relampagueé aférrense y seguir el vuelo a… a “no sé dónde”.

Mucha suerte en el vuelo a los que ya decidieron emprender al aire, y los que no ¡háganlo!

Por Mony
www.echalecacaro.com

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