¡Sufro, sufro,
sufro!
Don Gato y su pandilla es un caso
interesante en el mundo de los dibujos animados. Una serie norteamericana que
pasó sin pena ni gloria en su país natal y se convirtió en una de las series
más queridas y populares en el nuestro. Con 24 capítulos, los simpáticos
gatitos han entretenido a quien sabe cuantas generaciones de niños y adultos
mexicanos. Es una de esas raras caricaturas que pueden ponerse a ver un padre y
un hijo y reír ambos por igual. Muchos
dicen que el tipo de humor urbano de barrio bajo y la personalidad descarada
pero noble de Don Gato es lo que hizo conexión con el humor nacional, junto con
el genial doblaje que acabó por mexicanizar la serie de lleno.
Desde ese punto de vista, Don Gato
comparte, como invitado especial, una larga tradición humorística con Tin Tan,
Cantinflas, Clavillazo, Resortes, y hasta Ponchito y Doña Margara, por citar
ejemplos más recientes. Con esto en mente, no es raro que en Warnes Brothers,
Don Gato estuviera en el Archivo Muerto cuando en Ánima Estudios tuvo la
iniciativa de producir un largometraje con la franquicia.
El resultado fue una película animada que
se estreno en septiembre de 2011 y que rompió records de taquilla el día de su
estreno. No es para menos, ¿quién no quiere volver a ver a Don Gato? Es como si
Kathy la oruga reviviera su carrera en una película de Pixar. Bueno, estoy
exagerando, más bien fue como cuando el Chavo del Ocho fue refriteado en una
serie de dibujos animados. Eran los mismos chistes de siempre, pero la gente
nunca se cansa de ver al Chavo. Igual con Don Gato.
Con esa ilusión de aficionado fui muy
contento a ver la película y salí decepcionado. La película no es mala. Tampoco
es buena. Tristemente, no logra ir más allá de lo mediocre.
Primero los aciertos. El mayor acierto es
que respetaron por completo la personalidad de Don Gato. Es tal y como lo
recordamos. El clásico tramposo encantador que nos hizo reír tantos años está
de vuelta y no cambió nada. Otro acierto es que el trabajo de animación de los
estudios Ánima ha mejorado
considerablemente, al grado que esta película se ve fluida y limpia, y los
personajes no cambian horriblemente de forma como en películas anteriores.
Y aquí es donde empieza la letanía de
quejidos. Pues por muy Don Gato que sea, esta película sigue siendo una
producción de Ánima, y como todas las películas de Ánima, su punto débil sigue
siendo el guión. Es una historia que no tiene nada que ver con el universo de
Don Gato. De hecho, es una historia genérica de esas que se pueden adaptar a
cualquier película dominguera sin muchas aspiraciones. ¿Robots gigantes? ¿Un
villano malévolo pero torpe? ¿Personajes planos y sin profundidad? ¿Qué rayos
estoy viendo: Don Gato y Su Pandilla o la secuela del Super Agente 00-P2? Hasta
pudieron haber metido en esta aventura al Chavo del Ocho y no hubiera cambiado
nada.
Don Gato se desenvolvía en un ambiente
100% realista y urbano. Su característica era que podía involucrar problemas
como la delincuencia y el abandono infantil en una sencilla trama de humor
blanco para niños. En la película decidieron irse por el camino fácil y llenar
la historia de elementos baratos de ciencia ficción chafa y chistes tontos.
Después de todo, los niños se ríen de cualquier cosa, ¿no?. Hablando de tontos,
el villano es un personaje nuevo llamado Lucas Buenrostro y es en el que
llevaron su política de tontería barata al extremo. Es un personaje sin
profundidad, sin carisma y sin atractivo de ninguna clase. Es notable que un
villano de la serie original, el Gran Gus, hace un cameo en la película y
resulta mejor desarrollado y con una personalidad mucho más interesante que
Buenrostro.
Éste último solo se limita a sobreactuar,
contar el mismo chiste una y otra y otra y otra y otra y otra vez, (¡Se la pasa
diciendo que es bien guapo y en realidad es horrible! ¿no es jocosísimo?
Jajajajaja) y básicamente a servir como una colección de clichés mal
combinados. Otra vez, es un villano genérico típico de las películas de Ánima,
pero que nada tiene que ver con Don Gato. Y el peor crimen es que recibe una
insana atención y cantidad de tiempo en pantalla mucho mayor que los personajes
principales.
Otro problema: La pandilla no tiene nada
que hacer en la película. Don Gato vive mil aventuras y Benito, Cucho, Panza,
Demóstenes y Espanto literalmente se quedan esperando a que Don Gato termine de
vivir sus aventuras. En lugar de darles un papel activo o ahondar en sus
vivencias personales, no los sacaron de su papel de comparsas y por lo tanto,
están nada más que de adorno. Todavía el Oficial Matute se desenvuelve más. Es
otro personaje bien respetado y que también aporta los mejores momentos de la
película. Los mejores chistes vienen de Demostenes. Lo cual tiene sentido ya que
el humor de esta película es muy tonto. Ni siquiera es tonto fársico como en
Rescatando al Soldado Pérez, sino que es planamente tonto. Tiene sentido que
Demostenes se comporte así, pero que Benito y compañía también se comporten
como tontos es ya un error garrafal.
Entiendo por que a la gente le encanta la
película y la defiende tanto. Está llena de guiños y referencias a la serie
original. Muchos de los personajes que recordamos están ahí: Arabela, Laslo
Losla, el Gran Gus, el marajá de Pocajú,
hasta Mimosa llega a aparecerse por ahí. Lo malo es que en general no están
integrados a la historia y solo aparecen como detallitos para activar el
sentimiento nostálgico en los fans. Y por lo visto, funcionó de maravilla. Don
Gato y su Pandilla le va a encantar a los nostálgicos por el show, que después
de haberse olvidado de todos los elementos nuevos, seguirán recordando con
gusto como los elementos viejos reaparecieron en la pantalla grande.
Sé que pudo ser peor. Si hubiese sido
producida en EEUU, estoy seguro de que habría estado llena de chistes vulgares,
dobles sentidos, canciones de pop y cameos de Lady Gaga y algún rapero de moda.
Tristemente, así como las películas norteamericanas se están ganando esa mala
reputación, en el cine animado en México no hemos superado la etapa del humor
bobo. Así como se creía en los años veinte que al público bastaba mostrarle
animalitos chistosos para hacerlo reír, aquí parece que la consigna es hacer
las historias de lo más simplonas, tontas y planas.
Creo que ya estuvo suave. Don Gato merece
algo mucho mejor que esto. El público mexicano merece algo mucho mejor que
esto. ¡Es hora de ver más allá!, aunque para eso tengamos que trabajar o algo
peor, mis canchanchanes.
Por Abel
No hay comentarios:
Publicar un comentario