El incomprendido monstruo, en su incomprendida película
Apabullada, mal recibida, con
bajos ingresos en taquilla, destrozada por la crítica, como una horda de
coléricos aldeanos persiguiendo al clásico monstruo de las paginas del libro de
Mary Shelley; Frankenstein.
Si, es cierto que no esta tan
apegado al libro como se suponía que debía estar, si, es cierto que trataron de
explotar la fama de la resiente versión de Drácula dirigida por Coppola, Si, es
cierto que se copio la atmósfera creada para el rey de los vampiros y si, es
cierto que gran parte de los momentos icónicos, clásicos que aparecen en el
filme de 1931 no salen en la pantalla en ningún momento y tal vez es ahí donde
la crítica castigo mas a Kenneth Branagh (director) por “no haber prestado
atención a los detalles”, por que después de todo, tal vez los nostálgicos querían
volver a escuchar el grito de“its alive,
alive” después que la criatura es despertada en la cima del castillo tras
una tormenta eléctrica.
Pero saltándonos todos estos
aspectos que los exigentes ávidos de sed por la sangre de Branagh en su
momento, quiero retomar la película con un ojo menos incisivo, viéndola como si
no existiera un antecedente clásico del cine de oro de monstruos, y
criticándola de una manera mas objetiva y enfocándome únicamente en el filme,
sin tener la ociosa necesidad de compararla.
Kenneth tiene un largo camino como director donde
nos presenta siempre su propia propuesta sobre adaptaciones de filmes, libros,
comics. Refiriendome con esto a películas como Hamlet de 1996 y mas recientemente
Thor del 2011, pero ¿Por qué si estos dos últimos ejemplos han sido tan bien
recibidos, tanto por la crítica como por la audiencia, siendo ambas totalmente
diferentes y contrarias; Frankeinstein fue destrozada en su momento?
Creo que la razón de esto es por partir de un punto
comparativo, y tal vez el error de Branagh fue llamar a su película
Frankenstein de Mary Shelly, tal vez con eso aprendió su lección y a su versión
del clásico de Shakespeare le llamo Hamlet de Kenneth Branagh.
Pero en realidad la película es muy buena, por si
sola nos presenta un contrario absoluto, por un lado tenemos al frenético
Doctor Frankeinstein que obsesionado por detener la inevitable muerte de sus
seres queridos, se propone a crear un método de volverlos a la vida; y por el
otro lado tenemos al mal llamado monstruo, un zombie sin nombre que regresa a
la vida después de que el obsesionado científico logra completar su experimento.
Interpretado magistralmente por Robert De Niro, el “monstruo” en esta versión,
es presentado de manera mas humana, el filme nos deja ver la razón por la cual
este ser se corrompe al punto de convertirse en un incomprendido, en un
villano.
Uno de los grandes aciertos del filme es ahondar en
todos estos aspectos y mostrarnos más íntimamente la esencia del ser en los dos
lados opuestos, por un lado el “bien” representado en el Dr. Frankeinstein el
cual provoca a consecuencia de sus errores la existencia del “mal” el
incomprendido monstruo que trastorna sus objetivos al encontrarse una y otra
vez con puertas cerradas y desprecio en todos lados, lo que genera en la salida
mas fácil, encaminarse por el sendero de la destrucción; después de todo, si
todos te odian, ódialos a todos, ¿no?
Afortunadamente el filme no se queda ahí, y nos
muestra la consecuencia del existir de estos dos absolutos, que con sus
acciones dan vida el uno al otro, y hacen mas grande el fuego que daña a todos
los que viven cerca de ellos, convirtiendo el amor, la amistad, la familia en
victimas de su guerra.
Y aún así Branagh fue mas lejos y nos muestra que
hay mas allá, cuando la guerra llega a su fin y ya no tienes nada en la manos,
mas que las cenizas de los sueños de los que antes querías.
Tal vez todo esto fue pasado por alto cuando la
crítica, destrozó la película en 1994, pero en realidad no se le puede pedir
mas, reinventa totalmente el concepto de la historia de Frankeinstein,
profundiza en la mente del ser y nos muestra las consecuencias de las acciones
por mas puras que estas parezcan y aún que si es cierto que no se apega ni al
filme original, ni al libro (que si es mas profundo y mas trágico) el concepto
es bueno en muchos aspectos, tal vez el único error de su director fue no
llamar a su versión Frankeinsten de Kenneth Branagh.
¿Alguna vez considerar las consecuencias de sus acciones?
Tú me hiciste, y me dejaste morir. ¿Quién soy yo?
Por CésaR
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