LA
AUDICION
“ Más les vale que se quieran mucho porque trabajarán con ustedes mismos hasta el final de sus vidas”
Sólo de pensarlo me duele el estómago, me invaden los nervios y
siento una necesidad en potencia de correr por mis zapatillas, mallas, libreto,
y audífonos.
¿Cómo te llamas?, ¿Cuál es tu nombre?, ¿Quién ha sido tu
maestro?, ¿Qué te enseñó?, ¿Porqué decidiste que lo tuyo era el arte?, ¿Qué
interpretarás?, ¿Por qué crees que nos interesa tenerte aquí?
Sí, eso y más… casi como estar en pleno bombardeo de una guerra
interminable entre tu sueño y tú pasión y el deber ganarla, antes de que se te
olvide. Estando ahí, la posibilidad de tocar la felicidad y cruzar la meta se
hace tan posible, tan táctil, tan cercana que no percibes que estás a un solo
paso. Una audición es demostrar que siempre eres y serás el mejor usándote a ti
mismo, es como hacer tu propia interpretación de la premisa de vida en 3
minutos y contando, entre más de doscientos aspirantes que piensan igual a ti.
Volteas a ver tu ropa, tus calentadores con hoyos, tus mallones
justos para que puedan ver tus músculos, que ningún cabello se mueva de una
cabeza que debe girar y girar en segundos… intentas distraer el hambre,
apaciguar el pensamiento, olvidar el dolor de uña enterrada en el pie, recordar
textos, ¡sobresalir! Y te pones a calentar el cuerpo, estirar piernas, cuello,
ejercicios de respiración (que no sirven de nada)… sientes el achaque en tu
omóplato derecho y ¡ay, Como duele!, pero lo olvidas rápidamente… estas tan
sensible que hasta una buena noticia puede derrumbarte en segundos, pues la
única forma de que sepan ¿quién eres y porqué vales más que cualquiera de ahí?
es exponerte al 180% mental, física y anímicamente.
Actuación… un texto de autor conocido pero no lo suficiente para
que no se repita y no tan rebuscado para que lo entiendan sin problemas, que la
interpretación sea consistente y digerible. Demostrar que te hicieron con la
misma madera que Guilmain. Llorar, para apantallar ó mejor reír para proyectar
la voz, ¿enojarse? por de más sencillo… ¿Lorca, Mastretta, Celis, Novo,
Shakespeare, Withman, Poe, Sor Juana, Stanislavsky?, ¿Cuál de todos es quién
debo ser?
Danza… lo que mejor sepas hacer, control de cuerpo, equilibrio,
nada que espante, algo que no hayan visto (ajá, eso ni existé) alguna pieza que
ninguno de tus compañeros/rivales puedan hacer mejor que tú, ¡Tap, Jazz,
Flamenco, Tango!... ¿Ballet? Lo que sea… y pensar al mismo tiempo en tu
argumento cuando pregunten ¿porqué ese género? , aún cuando lo único que pasa
por tu mente sea: ¡PORQUE QUIERO!
Canto… jajaja… una canción irreconocible, una voz con color y
proyección nunca antes vista, humillar a Pavarotti o a Mercedes Sosa,
interpretar una canción que imposiblemente muestre la amplitud de tu registro
vocal, tus matices, falsetes, volumen, dicción, emociones, ritmo, forma de
pensar… a capella ¿porqué a capella?, con pista ¿porqué con pista?, partituras
¿porqué con partituras?
¡ Todo preguntan!, audicionar es como pararte frente a niños que te ven y nada entienden a pesar de que lo conozcan y estén familiarizados con ello, es ir a ser juzgado en un terreno inestable, solitario, competitivo y ganar. ¿Leen? Es como vivir. Y sólo hay de dos… apareces en la lista y se te acaba el mundo, ó no apareces y… se te acaba el mundo.
PRIMER AÑO: (primera llamada, les recordamos que habrá un
intermedio de 15 minutos)
“ No es la escuela de Mickey Mouse, no será fácil aunque sean
talentosos…”
Danza es la profesión más difícil de la escuela, actuación es la
profesión más difícil del mundo, música es la profesión más difícil… todos los
maestros piensas igual de acuerdo a su materia.
SEGUNDO AÑO: (segunda llamada, favor de ocupar sus localidades)
“ Este año será de introspección, y recrearemos estados
emocionales, miedo, furia, alegría pena… será más difícil porque tendrán que
exponer lo que hay dentro de Uds.”
TERCER AÑO: (tercera llamada)
“ Los bailarines no se enferman”
Página 1, acto 1
CUARTO AÑO: (principiamos)
¡ Togas y birretes para todos!... los que llegaron.
“FAMA, yo viviré por siempre, ¡recuerda mi nombre Fama!”
Fama el musical de los actores que eran tan talentosos que no
necesitaban dobles para cantar, bailar ó tocar algún instrumento… te muestran
escenas que conmueven y llevan al borde del llanto, para a la mitad hacerte
reír con un excelente guión, aunque no seas artista ó aspires a serlo te
identificas con los personajes, por el simple hecho de haber soñado en algún
momento de tu vida; por la simpleza de la cotidianidad y lo magnifico de la
esperanza de tocar la pasión y tener ese anhelo que te despierta todas las
mañanas recordándote lo hermoso que es sujetar la vida y vivirla antes de que
se vaya.
Actor, cantante, músico, bailarín… en su cansada búsqueda de ese
pequeño empujoncito que un artista necesita, una de las mejores escuelas de
arte escénico tendrá su exhaustivo proceso de admisión en el que se pondrá a
prueba la diversidad talentosa de los jóvenes aspirantes, todos luchando por
encontrar un lugar no sólo en la mejor escuela de Nueva York sino en la vida.
El vestuario trascendió al punto que después del estreno la gente artística ó
no, empezó a usar calentadores y mallas imponiendo moda.
Musical, memorable corran a preguntarle a sus padres si la
recuerdan, una reliquia de película, tan diferente que en vez de mostrarte los
triunfos y la gran función, te muestra, la preparación, los ensayos, la vida de
un actor desde su “no-actor”, el trabajo y el proceso en busca de la felicidad
emocional, que sólo la pasión, el sudor y la sangre alcanzará en un sendero de
deseo y dificultades… la vida.
“A veces no hay tiempo de recordar el texto así que debes aprender
a improvisar, A veces simplemente baja el telón…haz que te aplaudan antes de eso”
Por Mony
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