martes, 1 de noviembre de 2011

MUNDO COOL.

Cuando la realidad y la fantasía se hacen bolas.
 
En el año de 1989, la imaginación de los inocentes niños del mundo fue conquistada con una película maravillosa llamada ¿Quién engañó a Rogger Rabbit?. La mezcla de actores reales con caricaturas provocó un pasón masivo de fantasía en nuestras mentes. Sumado a eso, a los niños mexicanos nos tocó una época de oro en materia de animación, desde el boom del animé con Los caballeros del Zodiaco y Dragon Ball, hasta los horripilantes monos de la escena alternativa de animadores norteamericanos, con caricaturas como Los Simpson o Ren y Stimpy, y por supuesto, los Animaníacs y demás producciones novedosas de la WB.

Alrededor de los nueve años descubrí entre la colección de VHS de mi padre una copia de Heavy metal. Fue una experiencia reveladora. ¡Las caricaturas también eran para adultos! El sexo, la violencia y las groserías también existían en su universo. Eso, más allá del morbo inicial, me demostró que la animación era un medio para exponer temas maduros y no solo un entretenimiento infantil.

Pero hubo un pionero en el mundo occidental que había iniciado con ese concepto muchos años atrás. Se trata de un animador norteamericano llamado Ralph Bakshi. En los años setenta causó gran revuelo con El gato Fritz, película animada protagonizada por un gato lascivo que iba por el suelo americano provocando destrozos. El prestigio de Bakshi se construyó sobre esa premisa de dirigir películas animadas con personajes malhablados y viciosos, por lo que su cine siempre estuvo sumergido en la escena underground. Para los años noventa, los tiempos habían cambiado y Bakshi estaba listo para llevar su visión al cine comercial.

El plan original era que Mundo cool fuera una historia de terror ambientada en un universo de caricatura. Una mezcla de animación y acción viva al estilo de Rogger Rabbit. Era la historia de un monero que le entra con su propia mona y ésta da a luz a un extraño ser mitad caricatura y mitad humano. Sin embargo, el productor de la película quiso llevar el proyecto por un camino distinto y se atrevió a ordenar una reescritura completa del guión sin tomarse la molestia de avisarle a Bakshi. El resultado fue la película que finalmente vimos, y que Bakshi accedió a dirigir, según sus propias palabras, porque necesitaba el dinero.

Un miembro más del escuadrón de películas de relleno que pasan en canal 7 en la tarde, mucha gente ha visto Mundo Cool pero casi nadie le ha agarrado la onda. No culpo a nadie, Mundo Cool es un caos de principio a fin. Es la misma trama del monero que viaja al mundo de las caricaturas y se involucra con una sensual mona bajo las sabanas de tinta china. Pero después la trama se vuelve más confusa, e involucra a Brad Pitt como un acartonado policía humano que vive atrapado en el mentado carimundo, un científico que descubre un portal que puede transportar a las caris al mundo real, una chava animada que quiere con el poli, y una bola de caricaturas orates que aparecen y desaparecen sin ton ni son durante toda la película.

Es demasiada información como para concentrarse en el drama del monero que trata de... bueno, ni siquiera estoy seguro de lo que pretende lograr el monero. ¿Quiere volver a su mundo? ¿Quiere quedarse con la mona? La mona es todavía más confusa. Primero lo único que quiere es tirarse al monero. Luego, como si fuera una versión cachonda de Pinocho, quiere volverse una mujer real, luego quiere ¿conquistar el mundo? Quien sabe a que hora pasa de ser el estereotipo de la rubia tonta a ser una super villana. Brad Pitt nos deleita con la peor actuación de toda su carrera. Hasta en 12 MONOS, (donde irónicamente, actúa como una caricatura) lo hace mil veces mejor que aquí. ¿Que es, entonces, lo que vale la pena de esta abominación? Pues lo que mejor hace Bakshi: la animación. El universo de Mundo cool es una carta de amor a la historia de la animación desde los tiempos de Mickey Mouse hasta la escena indie de los años noventa. Es una locura desbordante de diversión. Más que la trama de la película, lo que me atrapó fue ver a tantos monitos locos haciendo y deshaciendo por todos lados.

Hace rato mencioné que la animación es un gran medio para exponer temas maduros desde un ambiente único. Mundo Cool no pretende eso para nada. Es una película pasada por alcohol y hongos alucinógenos a las tres de la mañana. Es como viajar a otro planeta donde no hay más reglas que dejar que la mente brinque por la casa toda la noche. Solo por eso vale la pena verla. Esta película cumple con lo que promete en su título: no será muy buena, pero sí muy cool.

Por Abel.
www.echalecacaro.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario