martes, 1 de noviembre de 2011

Ponyo


“-Entonces Ponyo, ¿Cómo es tu mamá?
-Es grande y hermosa, pero puede ser muy temida”
 
Una obra de arte en movimiento. Una ves mas Hayao Miyazaki nos trae un cuento para niños a la pantalla, como solo él sabe hacerlo; Ponyo es su versión del famoso cuento de Hans Christian Andersen; La Sirenita, claro que como nos tiene acostumbrados, nos muestra una visión muy diferente a la plasmada por Disney en 1989.

Ponyo es una niña pez que no solo sueña, si no que alcanza el mundo real, se aventura y nunca se detiene, simplemente se decide a hacer las cosas. Pensándolo en retrospectiva, es un excelente mensaje el que nos da; la historia comienza sin explicarnos nada, todo es una ventana de los sucesos tal y como están pasando, las emociones son las que mueven tanto a los protagonistas, como a los espectadores.

Contemplando una vez más, esta mezcla de lenguaje cinematográfico nipón a ritmo del europeo y americano, Ponyo es el balance perfecto entre los íconos, símbolos y conceptos orientales, explicados con un idioma occidental, lo que hace de Ponyo uno de los filmes de Hayao mas fácil de digerir, literalmente se pasa como agua; y aún que había arrastrado esta tendencia desde El Viaje de Chihiro y El Castillo Vagabundo, con Ponyo ha alcanzando la cúspide de este experimento, creando una manera mas universal de contar historias.

Desde que empieza hasta que acaba, Ponyo invade con colores todo, absolutamente todo, la historia esta tan bien manejada que cada personaje tiene su momento en pantalla y así sean 30 segundos o 1 hora, nos identificamos plenamente con su esencia, no necesita explicar mas de lo que dicen con un par de diálogos.

La música, tal y como es característico en todas las producciones de Ghibli, es excepcional, pero en esta particular ocasión acompaña la película de manera tal que es como leer un cuento, sentados en el parque, rodeado de niños jugando, escuchando a una orquesta sinfónica en vivo, mientras vamos leyendo nuestra historia; casi podemos esperar que si nos detenemos un momento la orquesta hará una pausa sosteniendo una nota aguardando a que continuemos leyendo.

Pero lo que es mas relevante de todo, es que Hayao nos explica como todo en este mundo tiene vida, el mar es un personaje, tan grande, majestuoso y vivo, mas vivo de lo que el simple concepto del mar, nos trae a todos en nuestra memoria; Miyazaki nos deja ver con una increíble gama de colores, que representan todos los atributos que el océano tiene: las criaturas mágicas que viven en él, la fuerza que con la que mantiene sus continuo movimiento, la velocidad con la que desplaza: sentimientos, virtudes, emociones y encima de todo a Ponyo. Todo eso para decirnos que el mar es el equilibrio y el origen de la vida y aun que no lo crean todo eso, lo expresa solamente con colores.

Y sin embargo uno de los aspectos más excelsos de todos, es que en esta película, tanto el estudio Ghibli como el legendario director Hayao Miyazaki, logran romper completamente el estilo y concepto de animación que habían mantenido, hasta este entonces en todas sus producciones anteriores, haciendo de Ponyo un filme nuevo, único y muy original que mantiene el equilibrio perfecto entre la clásica historia, su muy especial mensaje, los indispensables símbolos orientales explicados para que todo el mundo los entienda, sus entrañables personajes, una sinfonía que nos acompaña y nos guía y los colores; que al igual que el mar, mantiene todo en perfecta armonía como la obra de arte que pinta la vida en este pequeño planeta azul.

por CésaR
www.echalecacaro.com

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