viernes, 12 de noviembre de 2010

The Devil and Daniel Johnston


Es un lugar común pensar en los artistas como criaturas atormentadas expulsando en sus creaciones el dolor de vivir en una sociedad que no los comprende. Aunque ese arquetipo romántico puede sonar obsoleto en la época en la que se considera arte estampar la cara de Don Ramón, el del Chavo del 8, encima de la cara de una Virgen de Guadalupe en minifalda, por ejemplo. Sin embargo, el sufrir de las almas sensibles ha estado presente desde tiempos lejanos y estará hasta que el mundo como lo conocemos se colapse. En estos globalizados tiempos, cualquiera puede hacerse llamar artista y difundir su arte , pero también se necesita un auténtico talento para sobresalir de entre las masas de gente pretenciosa que sueña con hacerse millonaria ensuciando lienzos y paredes.

DANIEL JOHNSTON es un artista singular. Un apasionado de la música y los comics con una larga carrera como compositor y dibujante. Sus obras han sido expuestas en varias galerías de todo el mundo. Ha dado conciertos en escenarios de Europa y América. Su música ha sido interpretada por gente como Tom Waits y Death Cab for Cutie. Sin embargo, él permanece alejado de los reflectores lo más que puede. Fuera de Estados Unidos era prácticamente desconocido hasta que esta película sacó a la luz su turbulenta historia. THE DEVIL AND DANIEL JOHNSTON, dirigida por JEFF FEUERZEIG, es un documental que narra la vida de Daniel desde su infancia hasta el año 2005. Está construido a partir de filmaciones en 8mm y grabaciones de audio que el propio Daniel hizo para registrar obsesivamente cada momento de su vida. A través de testimonios de parientes y amigos, nos enteramos de cómo Daniel pasó de ser un chico introvertido y tímido a ser una sensación local en su pueblo por sus canciones pegajosas y de letras melancólicas, que él registraba con grabadores de mala calidad, armado con su guitarra, sus teclados y su chillona y desafinada voz que sonaría como una broma de no ser por el sentimiento que le pone a sus composiciones.

Daniel tiene desencuentros con su conservadora familia, que ve con malos ojos su vocación artística y le aplica el clásico ¿por qué no te dedicas a algo más útil? . Lo peor llega cuando Daniel empieza a desarrollar Trastorno Bipolar. Es víctima de depresiones fuertes y ataques de delirio. A medida que su enfermedad se agrava, su fama va creciendo cada vez más. Aparece como invitado especial en MTV, celebridades como Kurt Cobain se declaran admiradores de su música, las disqueras se interesan en contratarlo. Pero Daniel, al borde de la locura total, piensa que todo es un plan del Diablo para robarle su alma. El documental describe cada detalle de su declive: Se pierde en la ciudad de Nueva York; ataca a una mujer en su propia casa, creyendo que está poseída por demonios; Apaga el motor de una avioneta en la que viaja y tira las llaves por la ventana, convencido de que tiene el poder de volar; Se obsesiona con el Diablo y siente que libra una batalla a muerte con él; se aferra al recuerdo de Laurie, la chica de sus sueños que lo rechazó en la juventud, y todo lo refleja en sus canciones y sus dibujos. El arte es su único escape y lo deja como testimonio de un espíritu en desesperada búsqueda de paz y sanidad.

EL DIABLO Y DANIEL JOHNSTON, divertida, triste y sorprendente, muestra una cara muy interesante sobre la enfermedad mental y la redención a través del arte. No hay razón para no echarle un ojo y adentrarse al increíble mundo de Daniel Johnston, uno de esos artistas que sin duda colocaría la cara de Don Ramón en donde fuera, pero solo si eso funciona como un puñetazo en el rostro de su archienemigo Satanás. Es la batalla de nunca acabar. El bien contra el mal. Gasparín el fantasma amigable contra el Príncipe de las tinieblas. Quien tenga oídos para oír y ojos para ver, que vea la asombrosa historia del artista que visitó el infierno y vivió para contarlo.

por Abel
www.qbilart.com/echalecacaro.html

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