lunes, 20 de febrero de 2012

Raising Arizona

“¡Es un mundo cruel para las criaturas pequeñas!”
Ethan y Joel Coen, hermanos y cineastas, gozan de una popularidad inmensa y un prestigio bien ganado a lo largo de su carrera.  Sus películas más celebradas han sido dramas como True Grit, Sin lugar para los débiles  Y Fargo. Pero creo que sus creaciones más audaces han sido dentro del género de la comedia.
Esta vez en Ve Hache Ese les recomendaré una genial película cómica de este par de talentosos hermanos. No es de sus películas más populares, pero si muestra un nivel de creatividad e inteligencia dignos de volver a apreciar.
Se trata de Raising Arizona, de 1987. Nicolas Cage y Holly Hunter interpretan a Hi y Ed, un matrimonio joven que, ante la imposibilidad de tener hijos propios, deciden robarse a uno de los muchos bebés de una pareja de millonarios. Hi tiene un pasado como criminal pero en el fondo es un hombre noble y desea llevar una vida honrada, pero tratar de reformarse con un bebé secuestrado en casa no es muy sencillo que digamos, y para peor, Gale y Evelle, dos colegas recién fugados de la prisión regresan para invitarlo a dar el golpe que acabará de una vez por todas con sus apuros económicos: un asalto al banco.
La comedia exagerada es un subgénero muy desarrollado en el cine norteamericano. Todos conocemos las comedias bobas gringas, pero también hay buenos ejemplos como Malcolm el de en medio o Los hermanos Caradura. En años recientes surgió una versión más intelectual de este tipo de humor con directores como Jared Hess o Wes Anderson, pero los pioneros en este campo fueron sin duda los Coen.
Raising Arizona tiene una trama sencilla y un humor muy caricaturesco, pero los Coen no se limitan a mostrar a sus actores haciendo caras y pegando de gritos, sino que ponen todos los recursos cinematográficos al servicio del humor: Saben aprovechar los momentos de silencio, las expresiones faciales sutiles, los movimientos de cámara dinámicos, la edición rápida, los contrapuntos entre toma y toma. Todo contribuye a acentuar la comicidad de las situaciones, y así no solo el guión o los actores son los que dan risa, es la película completa la que lo logra.
Una característica del cine de los Coen es que se nutre mucho de la cultura popular gringa sin importar su estrato social. Lo mismo usan como inspiración a Tenessee Williams que a Los Tres Chiflados. En Raising Arizona es notorio sobre todo en el desarrollo de los personajes. Hi es un héroe poco culto pero muy sensible. Sus diálogos tienen una poesía y una profundidad filosófica propia de una persona que tal vez haya leído poco pero que ha vivido mucho.
Otra cosa que hace muy rica esta película es que está llena de simbolismos. La víctima es un bebé, pero los que en realidad sufren son los adultos. En este caso, todos son criminales. Son adultos que se comportan como niños malcriados. Están acostumbrados a romper las reglas y a ignorar los regaños de la autoridad. Hi es como el niño tímido que busca portarse bien para que sus papás lo perdonen. Ed, la esposa, parece una niña caprichosa que además tiene que hacerla de hermana mayor, y Gale y Evelle son como los bullies del salón.
A Ed y Hi no les preocupan las implicaciones morales de su crimen pero idealizan locamente la inocencia de su recién hurtado bebé al grado de que se obsesionan con que nada se la llegue a quitar. El atesoramiento de la inocencia y el riesgo de perderla frente a los peligros del mundo es el tema principal de la película. Hi asume sus propias debilidades como si tuviera la fragilidad de un niño pequeño, se da cuenta de que todos los adultos a su alrededor son niños inmaduros y rebeldes y él busca romper con eso convirtiéndose, según sus propias palabras, en un hombre de verdad, aunque no tenga ni idea de como lograrlo. Sobre él se asoma amenazante la figura del villano, Leonard Smalls, un misterioso matón en motocicleta que anda tras el bebé y de quien no se nos revela mucho, por lo que en cierto momento parece que más que un vago, es la encarnación del lado oscuro de Hi, el mismo del que busca desprenderse.

Raising Arizona como todas las buenas comedias, nos habla de un tema muy serio a través del humor. Es el drama de la transición a la madurez. Esa especie de luto que muchos experimentamos a la hora de convertirnos en hombres del hogar y padres de familia. El renunciar a la libertad desenfrenada y asumir la responsabilidad de cuidar de alguien más. Muchas veces sin entrenamiento previo, solo armados de mucho ímpetu y amor, y sabiendo que el mundo es cruel y nos llevaremos uno que otro puñetazo en el alma. Pero así es como se crece. Después de todo, nuestro niño interior siempre necesitará un adulto exterior que lo proteja y lo cuide. Raising Arizona es una gran película para reírse de la vida adulta y así entenderla mejor.

Por Abel.


No hay comentarios:

Publicar un comentario